Hay dos áreas anatómicas bien delimitadas en la cara y el cuello en relación con el envejecimiento y la cirugía de rejuvenecimiento, que deben abordarse por separado; la línea media o las estructuras centrales, formadas por los párpados, la nariz, los labios y el mentón; todas estas envejecen y merecen una atención quirúrgica específica con técnicas diseñadas y desarrolladas según sus características anatómicas; y luego la unidad periférica formada por tres tercios de cara y cuello, siendo el tercio superior formado por la frente, las cejas, la sien y el área periorbitaria, el tercio medio por los pómulos, las mejillas, los pliegues nasolabiales y el área perioral, y el tercio inferior integrado por el área de la parótida, el área inferior en el borde de la mandíbula y finalmente la papada que se extiende hacia la región del cuello; estos tres tercios periféricos se pueden tratar subdivididos en dos grupos; el cirujano puede tratar los dos tercios superiores mediante un lifting supraperióstico extendido con incisiones temporales cortas de los dos tercios superiores de la cara, o tratar los dos tercios inferiores con un Lifting de la cara y el cuello en plano profundo de SMAS platisma.
El área de la sien proporciona dos capas fibrosas excelentes, firmes y resistentes, principalmente hechas de colágeno muy fuerte como los tendones, que son óptimas para la maniobra de anclaje en esta técnica; la más superficial se llama fascia temporal o fascia temporoparietal, y la subyacente se denomina fascia del músculo temporal o fascia temporal profunda; entre ellas corre una capa de tejido areolar laxo tipo milhojas que contiene en el medio de su grosor la rama frontal del nervio facial; para evitar esta rama, la disección debe ser en la parte más profunda del plano interfascial dejando todo el tejido areolar adherido a la fascia temporal superficial y la acción quirúrgica tener lugar en íntimo contacto con la fascia temporal profunda; al hacerlo así no se produce daño permanente al nervio; otras ramas nerviosas a evitar son las primeras ramas del trigémino que surgen del borde orbital y entran en la frente para proporcionar sensación al cuero cabelludo, principalmente los nervios supraorbital y supratroclear, que se evitan mediante referencias anatómicas preoperatorias precisas y la palpación intraoperatoria de su foramen.
Esta técnica de rejuvenecimiento fronto orbital permite incisiones muy bien limitadas a la fosa temporal y lejos de la línea del cabello, presente o futura, incluso en la calvicie de patrón masculino ya que permanecen dentro de las áreas pilosas a los lados de la cabeza; a través de ellas llevamos adelante el despegamiento de sien, frente, ceja, borde frontal y parte del cuero cabelludo en el plano supraperióstico (dando nombre a la técnica), liberando todos las fijaciones de las estructuras faciales al hueso; en algunos casos y debido a la curvatura normal del cráneo, se necesita una mini contra incisión interparietal alta para unir la disección entre ambos lados.
Una vez que se liberan la frente y las cejas, el despegamiento avanza hacia la región de la cara superior, diseccionando el lateral y el borde orbital inferior, donde se debe volver a prestar atención para no dañar el segundo nervio sensitivo infraorbitario trigeminal. Aquí puede quedarse el cirujano o llevar adelante la versión extendida para tratar también el tercio medio de la cara; si se planifica así y solo en manos muy bien entrenadas, la disección continúa bajo el SMAS (sistema aponeurótico muscular superficial) o fascia facial que es la continuación de la fascia temporal superficial en la cara media para despegar los pómulos, mejillas, pliegues nasolabiales y llegar a la esquina de la boca donde se establece el límite anatómico de la técnica.
Una vez completada la disección, se evalúa y decide el grado de elevación, angulación y levantamiento de la cara, la órbita, la sien, las cejas y la frente, procediendo luego a asegurarlo mediante suturas muy potentes para anclar las capas tendinosas fasciales superficial y profunda temporal entre ellas, que es la clave para un efecto muy duradero. No se elimina piel ni cuero cabelludo, ya que el vector de tracción antigravitacional se logra con las fascias tendinosas internas y no con la eliminación de la piel o el cierre bajo tensión.
Finalmente, el cierre del cuero cabelludo se realiza de forma suave, evitando así alopecias y el ensanchamiento de la cicatriz que suelen producirse cuando se intentan técnicas de escasa excelencia para levantar la frente.
Las ventajas de esta técnica son su seguridad, el bajo riesgo de daño nervioso involucrado, la corta longitud de las cicatrices y su ubicación perfectamente oculta, las características estéticas excelentes e indetectables de las cicatrices, los resultados ajustables y de aspecto natural, efectos muy duraderos, rejuvenecimiento integral de todo el tercio superior de la cara y la órbita, sin distorsiones o retrocesos de la línea del pelo, sin efectos tardíos debido a envejecimiento posterior por progresión de la calvicie que podría exponer las cicatrices en el futuro y, si se realiza la versión extendida por manos experimentadas, se añade encima un impresionante lifting de plano profundo de la cara sin cicatrices levantamiento, más la elevación inherente de la frente y las cejas, por lo que este procedimiento es una opción perfecta para pacientes jóvenes o de mediana edad tanto como para los más ancianos. Además, tiene una recuperación postoperatoria suave, literalmente indolora o con un dolor de cabeza tensional muy leve, una recuperación rápida y un regreso temprano a las actividades diarias.
Muy a menudo, este procedimiento se asocia a la cirugía de párpados en pacientes de mediana edad o a lifting de la cara inferior, el margen mandibular y del cuello, especialmente en pacientes de edad avanzada.
El Dr. Alejandro Nogueira es uno de los pocos cirujanos entrenados en esta técnica; sus habilidades y experiencia a lo largo de los años hacen posible que domine este increíble procedimiento de rejuvenecimiento quirúrgico.