El tamaño y la forma de la nariz en el hombre son totalmente diferentes a la mujer, lo cual adquiere una enorme importancia cuando se realiza tratamiento quirúrgico de rinoplastia, exigiendo un planeamiento de la cirugía adaptado al sexo y género del paciente.
La nariz del varón puede presentar diferentes problemas genéticos que los pacientes podrían desear su modificación, entre los que merece la pena mencionar dorso prominente, dorso ancho, nariz ancha, nariz larga, septum largo, punta larga, punta bulbosa, punta bífida, punta redondeada, punta cuadrada, punta mal definida, punta caída, etc.
Su tratamiento se basa en los principios de la rinoplastia estructural aunque aumentados y extendidos a un nivel superior de complejidad y opciones técnicas, con aporte masivo de cartílago desde el septum nasal, concha de las orejas y a veces de cartílagos de las costillas, para restaurar una forma harmoniosa y proporcionar al esqueleto nasal nuevas estructuras orientadas al género.
Esta sutileza anatómica es crucial en los pacientes transgénero que buscan al mismo tiempo feminización y cambiar la forma de su nariz, si bien es aplicable a cualquier otro tipo de pacientes para evitar un resultado afeminado en varones o insuficiente en mujeres.
Advertencia a los pacientes: solo los cirujanos altamente experimentados que se han sometido a un entrenamiento óptimo y que ya han realizado una gran cantidad de rinoplastias estructurales y no estructurales por vía cerrada y abierta deberían realizar casos de rinoplastia de reasignación de género de alto nivel, siempre que se sientan capaces y cómodos con el desafío.