Aquellas narices con dermis muy delgada en la piel de la cubierta nasal, escasa grasa subcutánea, que de alguna manera son transparentes y muestran las estructuras esqueléticas internas naturales a través de la piel, particularmente en el dorso nasal y la punta nasal, tienen tendencia a permitir que las técnicas quirúrgicas de rinoplastia sean externamente visibles y por lo tanto acumular ciertas irregularidades, crestas, abolladuras, deformidad en lápida, etc.
Como prevención o una vez que las irregularidades se han producido podría estar indicado agregar encima de ellas y debajo de la piel capas de camuflaje como pericondrio o injerto de fascia temporal.