Nótese como la vieja cicatriz de apéndice también es eliminada gracias a la abdominoplastia.
Este caso de abdominoplastia tiene indicación debido a dos problemas primarios igual de importantes, que son la eliminación del exceso de piel de la pared abdominal anterior y el refuerzo de la debilidad muscular de la cintura abdominal, considerando que los ejercicios abdominales nunca lograrían tal resultado ya que el problema no es estrictamente muscular sino de ensanchamiento del tendón, siendo la única opción su tratamiento quirúrgico.
La ubicación alta del ombligo más un exceso de piel prácticamente inexistente en la zona abdominal superior hacen que sea imposible incluir el orificio original del ombligo dentro de la isla de piel que se va a quitar, lo que obliga a agregar una mini cicatriz vertical sobre la larga horizontal.
Hay que tener en cuenta que el ombligo en sí no puede movilizarse ni reubicarse, ni siquiera quirúrgicamente, ya que es como un embudo de piel abdominal firmemente adherido a la pared muscular, sin embargo la ubicación en el paño abdominal a través de la cual el ombligo accede a la superficie se comporta como un agujero alrededor del botón de una camisa durante la abdominoplastia; el ombligo es una sólida adherencia que impide la movilización y extensión del paño o tela abdominal anterior, por lo que su liberación es obligatoria en las abdominoplastias por medio de una incisión circunferencial en el borde del ombligo, delineando y creando el orificio original natural de nacimiento del ombligo; el tensionado y deslizamiento quirúrgico hacia abajo de la piel abdominal hace que el orificio original del ombligo quede dentro de la porción de piel que se va a cortar y desechar; luego se practica un nuevo orificio exactamente encima de la ubicación del ombligo para permitir su salida a la superficie a través de un nuevo perímetro de piel pero en el mismo lugar; si el paciente tiene una ubicación anormalmente alta en el ombligo, un exceso insuficiente de piel sobrante en la parte superior del abdomen o ambas, la extensión hacia abajo de la tela no es suficiente para permitir que el orificio original del ombligo se incluya dentro de la isla de la piel que se quita, terminando dicho viejo agujero en algún lugar entre el nuevo agujero practicado quirúrgicamente en la ubicación del ombligo y la incisión horizontal suprapúbica, que requiere el cierre de dicho agujero redundante de forma vertical con una corta cicatriz vertical, como se puede ver en este caso, mas la típica y estándar incisión suprapúbica horizontal larga entre las caderas a lo largo del pliegue natural formado entre el abdomen por arriba y el pubis y las ingles por debajo, y la pequeña incisión circunferencial típica y estándar alrededor del ombligo.
En otras palabras, el ombligo se comporta como un abotonamiento real de la tela abdominal y esto tiene que ser liberado para permitir el estiramiento y ajuste adecuado de la piel abdominal anterior; para ello, se realiza una incisión alrededor del embudo del ombligo que deja un orificio, y este orificio se moviliza hacia abajo durante el estiramiento vertical cutáneo de la abdominoplastia hasta un punto de ajuste perfecto de la piel abdominal anterior; un agujero quirúrgico recién hecho se practica sobre el ombligo a través del cual este se extrae y se sutura a la nueva superficie circundante; el orificio original se extirpa y desecha dentro del bloque de piel considerada como exceso de paño; si el agujero no se encuentra dentro de la piel eliminada entonces, necesariamente, debe cerrarse verticalmente; no hacer esto último en las indicaciones pertinentes implicaría un riesgo cierto de cicatrización de mala calidad, necrosis catastrófica o distorsiones de la anatomía púbica, como la migración ascendente excesiva del vello púbico; para aclarar las cosas, la cantidad de piel que se puede recortar no es negociable, sea la que sea o cualesquiera que sean las consecuencias, eliminar demasiado poco lleva a deformidades persistentes y eliminar demasiada causa complicaciones, el cierre de la herida debe realizarse hasta el punto perfecto de tensión.
Las cicatrices son siempre un serio inconveniente y deben considerarse seriamente antes de decidirse a cualquier tipo de abdominoplastia; solo los casos con una deformidad mayor como este son candidatos razonables para un procedimiento que probablemente compensará por tales cicatrices antiestéticas; a pesar de ello la decisión final es siempre del lado del paciente, después de una reflexión más que necesaria acerca de los pros y los contras que se reciben de una abdominoplastia.
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